viernes, 25 de noviembre de 2016

Pasos de hormiga

Hoy he hablado de ti sin decir tu nombre. Es uno de esos días en que tu ausencia se nota especialmente, que acongoja y me tiene al borde de las lágrimas, aunque sonría.

Tú lo sabes. He tratado de ser egoísta, de recogerte sólo para mí y avanzar, de no convertirte en un fantasma que me ancla a una casa encantada y deshabitada, a un "lo que pudo haber sido y nunca será". Pero son pasos de hormiga en un mundo de gigantes.

Entre todo lo que añoro, lo que más echo de menos es el silencio. No este impuesto, atronador y que me asfixia, sino el compartido; el que se llenaba de miradas, de medias sonrisas, de besos robados y regalados, de observar sin que te dieras cuenta (o sí)...

A veces desearía olvidarte, olvidar todo lo sentido. Y al instante, me doy cuenta de la barbaridad que estoy pensando y me cabreo conmigo misma por ello, por desleal. Por desagradecida.

Sé que este día gris pasará. Siempre hay un rayo de esperanza y el dolor volverá a una de mis cápsulas. Y seguiré caminando. Disfrutando del camino como me enseñaste, aprendiendo, intentando escuadriñar que hay detrás de cada curva, del horizonte lejano.

Pero hoy, esta hormiguita, esta brizna insignificante, necesita parar. Dejar que la lluvia que cae arrastre las lágrimas, que sea agua rodada que me limpie y nutra. Que me permita creer que estás aquí, compartiendo el silencio.



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