viernes, 7 de diciembre de 2012

Paseando bajo la lluvia

Boliche y yo vamos paseando por la lluvia cuando me cruzo con ella, siempre acompañada por su amiga, su verdadera familia aunque no compartan genes. A pesar de su poca estatura, siempre ha sido una mujer brava. Incluso ahora, cuando el cáncer le ha ganado la partida. 


Boliche es un cachorro muy juguetón y siempre que me paro a hablar con alguien, se le acerca y brinca para que le hagan cucamonas. Hoy ha sido distinto, supongo que por esa intuición sorprendente que tienen los perros. Se ha incorporado para lamerle la mano (su forma de besar) y se ha tumbado tranquilo a sus pies mientras charlábamos. Cuando nos hemos despedido, Boliche ha vuelto a lamer su mano mientras lloriqueaba. 

Al continuar nuestro paseo, Boliche volvía a estar otra vez juguetón, mientras a la que se le escapaba alguna lágrima, era a mí. El cruzarme con ella y el día que es hoy, ha hecho que recordara, más que ningún otro día, a mi abuelo Manuel. Hoy hace ya 23 años que falleció...

Él también era bravo, pero como ella, atendiendo a las dos primeras definiciones de la RAE. Y una de las mejores personas que he conocido nunca, y no es sólo amor de nieta. 

La verdad es que soy una mujer afortunada, pues mis abuelos eran buenas personas, admirables y tuve la inmensa suerte de poder compartir tiempo con ellos. Yo, ahí voy, tratando de parecerme algo más a ellos y continuar su legado. Cómo les echo de menos...

2 comentarios:

Fran dijo...

¿Ves? Un cacho de pan...

Turulato dijo...

Precisamente por lo que te dieron, déjales irse y descansar en paz. Así te darán algo más, algo magnífico: la capacidad de vivir por ti, sin más, manteniendo los recuerdos en tu corazón, y buscando tu futuro.

Y que conste que mis palabras son continuación de las tuyas y no buscan destruirlas, sino mimarlas