viernes, 12 de marzo de 2010

Popurrí

Esta mañana me he despertado demasiado pronto y tras varios intentos infructuosos de volver a dormir, me he dedicado a la lectura y más tarde, a ver las noticias en televisión.

La noticia de última hora era la muerte de Miguel Delibes, que han recogido todos los medios. Me resultó curioso que en Telecinco, saliera un banner en la parte inferior diciendo El escritor nacional Miguel Delibes ha muerto. Quizás es que estoy susceptible con eso, pero, ¿tanto cuesta poner español? En fin, serán cosas de levantarse pronto...

También han hablado de la presidenta de la comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre y de las palabras que intercambió ayer con el presidente del Gobierno, por la polémica "rebelión del I.V.A.".
La nueva fantochada de esta señora, nos saldrá por un ojo de la cara a los madrileños. Y digo yo, ¿no sería más útil invertir el dinero en el famoso Parque Científico e Industrial de Villaverde?
Porque aunque ahora el ladrillo vuelva a ser bueno (después de meses con el soniquete construcción caca, ahora toca que si se rehabilita, es menos caca) lo único que hacen es poner otro parche más a la crisis (que a este paso la padecerán mis bisnietos).
De ésta salimos, además de apretándonos el cinturón y currando como cabrones, con innovación, tecnología, competitividad y emprendedores.

Otra de las noticias relevantes, eran los homenajes que se dieron ayer a las víctimas del atentado del 11-M y las polémicas declaraciones de Pilar Manjón. Sin entrar en el contenido de las mismas, con el que puedo estar o no de acuerdo, no me parece el lugar ni el momento de hacerlas. Además, no hablaba como una particular, sino como presidenta de unas de las asociaciones de víctimas del atentado. Y ahí, independientemente de lo que pienses, te debes a las personas a las que representas.

Harta ya de ver tanta miseria humana concentrada (porque después he visto la noticia de la tipa esa que se hizo pasar por víctima del 11-M para trincar pasta), me he ido a la ducha y a prepararme el desayuno. Mientras le daba a los huevos revueltos, he puesto el programa Espejo público.
En él, salía Juan José Cortés, el padre de Mariluz, que ha renunciado a su militancia en el PSOE. Estando de acuerdo con él o no, hay que reconocer a este hombre que ha mantenido la coherencia durante todo este tiempo.
La tertulia que mantenían la escuchaba de fondo, pero lo que llamaba mi atención eran los SMS que aparecían en la parte inferior de la pantalla. Algunos, muy críticos con este hombre, por meterse en la política, tratándole de Judas por dejar el PSOE. Otros de apoyo, diciendo con fervor que si se presentase a presidente, le votarían.

Estos comentarios, los de adhesión u odio, muestran una vez más lo tremendamente inmaduros que somos como sociedad democrática. Asumimos la idea política como se asume las creencias de una secta o los colores del equipo. Y cuando alguien se sale de la secta, lanzamos nuestro dedo acusador contra él. O los otros, los de la secta de enfrente, le acogen como si fuera un iluminado.

La verdad es que no sé si por todo esto o por el día gris que hace hoy en Madrid, estoy tristona.

1 comentario:

Turulato dijo...

El penúltimo párrafo expresa con exactitud la realidad. Y la realidad se paga o se cobra, según sea, de manera inflexible.