domingo, 9 de diciembre de 2007

Un día de cólera

Ahí está. Y aunque no miro, puedo "oír" como me grita desde la mesa ¡¡Léeme!!, pero me resisto y repito como un mantra la lección.

"Navegando por un paso o canal angosto, al llegar a un recodo con escasa visibilidad, se emite una pitada larga para informar de nuestra presencia a otros buques"

Levanto la vista y se me escapa hacia mi última "adopción". ¿Habría niebla esa madrugada de mayo? Hago un esfuerzo para no levantarme y comprobarlo y vuelvo al RIPA.

Mi hermana me regaló ayer la última obra de Pérez Reverte, "Un día de cólera".
Acto que le agradezco infinitamente, pero que le habría agradecido mucho más si hubiera esperado una semana, hasta que me examine del PER.

Porque dudo mucho de que sea capaz de resistirme mucho más y no meterle mano a la historia de esos héroes conocidos y anónimos que en un sólo día, cambiaron el devenir de los acontecimientos de todo un país.

EDITADO: Viene a cuento el último artículo de Pérez Reverte en El Semanal. Y esta anécdota, una de tantas, me hace preguntarme en que parte del camino perdimos esa extraña decencia.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Mañana lo adquiero y el miércoles intento no quedarme en la puerta de la presentación como la última vez, tal era la cantidad de gente que había. Cruzaré los dedos para no hacerme un regalo de los míos y poder llegar a tiempo.

Besos

Silvia dijo...

¿Por qué ponen siempre cosas interesantes cuando no puedo asistir? También podría hacer novillos en la academia que está al ladito del lugar de presentación...
Y ni se te ocurra hacerte un regalo de los tuyos o verás que la cólera en las madrileñas (concretamente en la que suscribe) puede volver a salir en forma de colleja.

Besos

Fran dijo...

Mujer, yo me "sacrifico" y secuestro el libro esta semana. Y te lo devuelvo después del examen (y de leérmelo). Que ya me queda menos para disfrutar de mi Fnac particular.
Dile de mi parte a tu hermana que se podría haber estado quietecita, que pisa los regalos a los demás.
Un abrazo