lunes, 26 de marzo de 2007

San Sebastian

Regresé anoche de mi fin de semana en San Sebastián y vine con una sensación agridulce (y un tremendo empacho).

Empecemos por lo dulce...
Antes de montar en el autocar, ya nos habíamos hecho un grupito bastante majo. No nos conocíamos entre nosotros pero congeniamos enseguida. El viaje transcurrió entre risas, desfiles de Fernando por el pasillo (es una copia de Boris Izaguirre pero más guapo), chistes malos, películas que no se veían en condiciones...Casi con el tiempo justo para darnos una ducha y vestirnos para cenar, llegábamos al hotel. Nos alojaron en el hotel Palacio de Aiete, cercano al parque y palacio del mismo nombre, que fue residencia oficial de Franco cuando visitaba la ciudad. Es un cuatro estrellas correcto pero algo retirado del centro (unos 6 euros cuesta el taxi desde el ayuntamiento).

Ana, la guía de turismo de Guipúzcoa que nos ha acompañado todo el fin de semana, nos recogió para llevarnos al primer restaurante de nuestro fin de semana de empacho: el restaurante Chomin, en la playa de Ondarreta. Un sitio muy agradable, bastante sobrio, de muy buen servicio y de una gastronomía clásica y deliciosa, desde la ensalada de txangurro pasando por unas ríquisimas cocochas de bacalao y un postre de chocolate que habría hecho las delicias de mi querido druida. Como habíamos cenado bien y no era plan de irnos a la cama con la tripa llena, nos quedamos por el casco viejo "para tomarnos una y recogernos pronto".
No sé porque digo esa frase, si sé que nunca es sólo una y mis "pronto" significan a altas horas de la madrugada... Bailamos, bebimos, nos reímos mucho y algunos acabamos viendo amanecer en la playa de la Concha, antes de regresar al hotel para desayunar e irnos de excursión.

El sábado por la mañana tocaba la visita al museo Chillida-Leku en Hernani.
En el viaje a Fuerteventura nos hablaron de su proyecto en Tindaya y conocía (más bien había visto de pasada) las obras que tiene en Madrid, en el Paseo de la Castellana y fue un descubrimiento muy agradable. Paseé por el césped, bajo la lluvia que caía, acariciando las piedras y el acero de sus obras, disfrutando del silencio perturbado de vez en cuando por el ruido de los coches que pasaban por una carretera cercana. Luego pasamos al caserío, dónde estaba uno de los reporteros de Caiga Quién Caiga rodando un reportaje...Las piedras, la madera, la luz, el espacio libre y la obra que más me gustó de todas, llamada "Monumento a la tolerancia" y que a mí me recordó a unos brazos abiertos dispuestos a cerrarse en un gran abrazo.

Al volver a la ciudad, tocó la visita panorámica de la misma: parada en el conjunto de "El Peine de los vientos" de Chillida para relajarnos con el sonido del mar chocando contra las rocas, la brisa, el olor...; bordear la playa, pasando frente al Talaso de La Perla (que íbamos a visitar y disfrutar pero que tuvo que suspenderse por el temporal de la semana pasada), un paseo por los jardines del palacio de Miramar, continuar en el autocar hasta el barrio del Gros y la playa de Zurriola para terminar por las calles de la Parte Vieja (que algunos ya conocíamos de la noche anterior). Después de un buen paseo y de ver algunos de los monumentos de la zona (Ayuntamiento, Plaza de la Constitución, iglesia de Santa María...) y por si no fuéramos a comer bastante, tocó visitar una par de bares de pinchos (y catarlos, claro) antes de irnos al restaurante Juanito Kojua a seguir con nuestro proceso de cebe. La foto que sigue, carrillera en salsa de vino tinto, es el 5º plato del menú que nos dieron. Los otros cuatro eran igual de grandes.



Aunque estaba cansada porque no había dormido, decidí visitar el hotel María Cristina y regresar paseando hasta el hotel para bajar tanta comida. Una siesta (interrumpida por una llamada al móvil inoportuna), duchita y ¡cómo no! a seguir zampando. Esta vez tocaba una sidrería. Más comida, más alcohol y muchas risas. Antes de entrar, nos cruzamos con Iñaki Perurena y su hijo y lástima de no llevar la cámara, porque la cara que puso el hijo de Perurena cuando Fernando gritó que quería hacerse una foto con el chicarrón era antológica...Otra noche de copas por la parte vieja, ver amanecer (otra vez) en la playa, mucho café en el desayuno y continuación del viaje a Ordizia para ver el Centro de Interpretación de la Gastronomía (¡qué raro algo relacionado con comida!) y más tarde, el museo del queso Idiazabal. Es que teníamos que abrir el apetito para comer en Beasain...
En el autocar a la vuelta, casi todos dormidos (a mí el dolor de estómago que aún me dura me impidó dormir de un tirón), una despedida entre risas y cada uno a su casa.
Esa ha sido la parte dulce del viaje, la que perdurará en el recuerdo (en mi cuerpo en forma de grasilla).

La parte agria...
San Sebastián es una ciudad muy bonita, sí.
Pero a pesar de los espacios abiertos y del mar, me resultó claustrofóbica.
Demasiado encerrada en sí misma, parece que cualquier influencia exterior les dé miedo, no me sentí acogida en ningún momento (me sentí menos extranjera en ciudades con menos cosas en común conmigo como París o Dubrovnik) y la situación política... Las cosas aparentemente están calmadas, pero hay una tensión subyacente que me enerva.

Reconozco que me gusta discutir y que aunque puedo ser muy cabezota, creo que no soy impermeable a otras opiniones siempre y cuando estén bien argumentadas.
Tengo una postura muy clara respecto al tema del terrorismo de ETA, pero quería entender el punto de vista "del otro lado", así que el sábado por la noche, estuve discutiendo con un simpatizante de HB. Imposible. Todo su "discurso" se reducía al mismo argumento y era imposible sacar nada en claro. En algunos momentos me dió la sensación de estar hablando con un robot al que hubieran programado para repetir "ad nauseam" lo mismo. Sentí un pena increíble al comprobar tal cerrazón mental en alguien de mi misma edad.

Hubo otro detalle que tampoco me gustó. Sé que estoy bastante susceptible últimamente con el tema de los modales y en un primer momento pensé "Para el carro Silvia, que te estás emparanoiando". Pero no, parece ser que no fui la única que lo noté.
Aunque aquí de modales cada vez menos, aún cumplimos con unos mínimos. Si le piden a alguien que le haga una foto, pues le dan las gracias al acabar; si tiran una copa sin querer sobre alguien, se disculpan y si quieren pasar en un bar, pues la mayoría de la gente suele preguntar con un "¿Me dejas?".
Nosotros debimos de dar con todos los maleducados de San Sebastián...
En el Chillida-Leku un grupo me pidió que le hiciera una foto (que si me llego a enterar antes de los comentarios que hicieron respecto a nosotros se la hace San Pedro). Al entregar la cámara a su propietaria, silencio. Sólo cuando Rafa, uno de mis compañeros, dijo en voz alta y con tono irónico "De nada", se acercó una del grupo y me dijo "Eskerrik asko". Y en el bar que estuvimos esa noche, un chico cogió a María, una chica muy menudita, por el hombro y sin media palabra, la apartó medio metro para pasar él ante nuestra mirada de sorpresa.

En fin, que me quedo con todo lo agradable. Con la gente tan estupenda que he conocido, los paisajes, la buena mesa, con la amabilidad de Ana, la guía y del responsable de turismo de Ordizia, Niko (que en la comida me enteré que está amenazado por esos descerebrados) y con esos amaneceres junto al mar.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Porque tuve a los albañiles el fin de semana en casa, que si no, no me pierdo esos amaneceres charlando contigo ni loco (ni el postre de chocolate).

Me resulta raro verte decir que te sentiste extranjera, creo que es la primera vez que te oigo algo parecido en Occidente. Esta noche me cuentas más. Porqué irás a la cena, ¿no?

Besos

Silvia dijo...

Dianora, mi empacho sigue ahí, remitiendo poco a poco. Si tengo yo un alien más acostumbrado a esta clase de abusos...

Fran, ¿seguro que es esta noche? ¿Lo has comprobado esta vez? Luego te cuento mis experiencias donostiarras, que se te echó de menos por allí.

Besos

Anónimo dijo...

Te gustó el paisaje pero no el paisanaje...
Besicos

Turulato dijo...

Ellos son los que más pierden; conviven cada día con su miedo, su ignorancia y su tristeza.

Silvia dijo...

Dianora, aquí al amigo, además de ponerse como "el kiko", le tocó un viaje a Gran Canaria. Y a la próxima, si te quieres venir, yo aviso.
Por cierto, Fran, yo que tú cambiaba el viaje por un par de billetitos de avión a otro sitio, que como te toque el hotel Astoria...

Oshidori, el paisanaje me gustó más bien poco.
La misma tensión subyacente la noté en Bilbao y en cambio, la gente me resultó mucho más agradable, más campechana.

Turulato, el problema es que su miedo y su ignorancia son los padres de una violencia que sufrimos otros.
En fin, aunque me cuesta, no pierdo la esperanza de que acaben dándose cuenta de la estupidez que están haciendo con esa cerrazón mental.

Besicos a todos

Vitore dijo...

Mi madre es de Beasain, aunque lleva viviendo en Madrid desde los 14 años. O sea toda la vida. Su corazoncito es en parte vasco, aunque siempre ha reconocido que sus paisanos son raros, cerrados. Recuerdo cuando yo era un crío entrar a una tienda en Donostia y al comentar mi madre que era de allí, enseguida le ponían buena cara. Yo también he procurado siempre quedarme con lo bueno e intentar obviar lo peor... Ellos se lo pierden en cualquier caso. Me refiero a los etarras, a los nacionalistas, a los paletos en sí.

Perdón por la extensión de esto; jamía.

Muxu!

Anónimo dijo...

Como os gusta hablar de lo que no sabeis. Por pasar unos dias en san sebastian, hablar con una persona sobre un tema muy complicado y por haberos encontrado con algunas personas no muy educadas (como en cualquier sitio) no sabeis mucho de aqui. Y a los comentarios de que vivimos con miedo aqui y de forma ignorante pos tampoco es verdad, yo soy de donosti y nunca he pasado miedo ni nadie de mi alrededor y los ignorantes de lo que se vive en Euskal Herria suele ser la gente que no es de Euskal Herria o no vive aqui. Y sobre la gente maleducada deciros que e vivido un año entero en Madrid y alli son bastante mas.

Anónimo dijo...

Buenas noches Silvia. Soy Gorka, Jefe de Cocina de Profesión y Natural de San Sebastian, llevo desde los 18 años (actualmente tengo 30 ) viajando por España aprendiendo de las diferentes culturas, tanto personales como gastronomicas, no me siento nacionalista, pero creeme que me brillan los ojos cada vez que oigo hablar de Donosti (no de Euzkadi)es una de las ciudades mas hermosas que he conocido en mi vida,Mar,Tierra,Gastrononomia.Me he movido por toda España y te puedo asegurar que es en los pocos sitios en que los paletos brillan por su ausencia, salvo en años anteriores cuando en el verano que los turistas (De Madrid por ejemplo ) acudian en masa para sentirse parte de esa tierra tan rica tanto en su cultura como de sus gentes cultura que no encontre ni yo ni los propios Madrileños, que tanto pagan por todo lo que no es de Madrid en ciudades como Madrid, que tanto y tanto recive de San Sebastian. Madrid... en la cual la gente extranjera ,Peruanos, Argentinos se encuentran tan acojidos y aceptados dentro de la ciudad... En la Misma hay reuniones tan agradables como las del 20 N y en la que un militante del pp y del psoe cambian sus discursos politicos dando cuenta de la realidad, simpaticos habitantes con poco pelo que alaban y alaban la cultura ESPAÑOLA,( siempre dentro de la tolerancia) te puedo poner miles de ejemplos que vivi en 2 años de Madrid , a si como en Barcelona Santander Murcia, Logroño,Galicia,Jaen,Creeme que Madrid me encanta y Barcelona y... me parece mentira que puedas tener esa opinion despues de viajar tanto como dices , puedes tener una opinión de donde estas por las vivencias, no por casualidades que te han sucedido ( teniendo en cuenta los tres días de comida, bebida y juerga que te has pegado)de todos modos... que ibas de safari a donosti nooooo? (Yo no contrato guias para moverme por España, los cerrados somos nosotros) Seguro que en cualquier Lugar de España te atienden mejor, no vuelvas Por fabor

Anónimo dijo...

Gracias.

Otro restaurante que queda cerca del Juanito Kojua es Ubarrechena, también en la Parte Vieja. Había otro en el centro (calle San Martín) pero parece que cerró.

Saludos