jueves, 1 de marzo de 2007

Miedo

Anoche me desperté en mitad de la madrugada.
Empapada en sudor y asustada. Tanto, que mientras volvía lentamente a la vigilia, permanecía quieta, con los ojos bien abierto, atenta a cualquier ruido (ladra mi perra en ese momento y me da algo...) y completamente tensa.

Una vez despierta, intenté recordar el sueño que me había acojonado tanto (sólo recuerdo que había un niño pequeño con el pelo oscuro) y me reí a carcajadas (ahogadas contra la almohada) por mi propio miedo de unos instantes atrás. Eso es lo que me enseñó uno de mis abuelos cuando me despertaba asustada de pequeña (cosa normal si veías películas de terror "de estrangis"): que la risa ahuyentaba a los demonios.

Sentada en la cama, intentando recuperarme del ataque de risa (y del de tos posterior), recordé uno de mis regalos de Reyes de este año, "Anatomía del miedo. Un tratado sobre la valentía" de José Antonio Marina y algunas conversaciones que he tenido sobre este tema en estos últimos tiempos. De como intentamos enfrentarnos a nuestros miedos, de nuestras derrotas en esos intentos, de la esperanza, de nuestro proceso de aprendizaje para que esos miedos no nos paralicen, de los esfuerzos...

El último pensamiento que recuerdo antes de caer dormida cuán bebé es que quizás todo sea más sencillo de lo que nos creemos y que lo que tenemos que hacer es reírnos de nosotros mismos para ahuyentar nuestros demonios.



Sin miedo - Rosana

¡Qué paséis un buen día!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo sólo tengo pesadillas cuando me pongo morao a cenar o tengo fiebre. Y si es tu caso, tienes que cuidarte. Que como me cabree, si que vas a sentir miedo...
Buen fin de semana.

Anónimo dijo...

¡Qué terribles son esas pesadillas! ¡Y qué alivio cuando despiertas y constatas que todo ha sido un sueño! Pero el soponcio te dura un buen rato tras despertarte...
Aunque eso de ahuyentar los demonios a base de reírse de uno mismo no me funciona mucho, porque cada mañana me desternillo nada más mirarme en el espejo la cara de haba que Dios me ha dado. Y algunos demonios deben ser inmunes a mi autoirrisión, porque vuelven a dar la brasa.
Lo importante es que sigamos con sentido del humor.
Besos de chocolate para el fin de semana.

Turulato dijo...

Sólo hay un modo de calmar las pesadillas. Qué alguien coja tu mano y permanezca a tu lado

Silvia dijo...

Fran, ni comilonas ni fiebre (de esto último no estoy segura, pero no creo). Más bien el ver en la tele algo más que series y estrés.

Oshidori, yo llevo peor ese momento entre el sueño y la vigilia en que no sabes aún si es verdad o no. Como de las pesadillas casi nunca me acuerdo...
Lo de la risa, es que a lo mejor no lo haces suficientemente fuerte o convencido. O puede que esos demonios no seamos más que nosotros mismos y nos conocemos nuestros propios trucos.

Turulato, siempre tengo alguien a mi lado...aunque no sea físicamente.

Besos y buen fin de semana