domingo, 2 de abril de 2006

Cantos de sirena

Cuando decides leer un libro, puede ser porque te atrae la temática, te gusta el autor o te lo recomendó alguien. O porque el libro te escoge a tí.

Pasé varias veces por la pared de letras doradas sin hacerle mucho caso. Solía ir charlando con gente y no tenía tiempo de pararme a leer lo que ponía.
Una de las tardes, mis ojos se posaron en un nombre: Kavafis. Me resultaba familiar, pero tenía prisa e ignoré los cantos de sirena de la pared.
A la noche siguiente, mientras esperaba el ascensor, me fijé en unos versos "As you set out for Ithaka hope your road is a long one".
Esta vez si me atrajeron los cantos de sirena, pero como me estaban esperando para cenar, tuve que irme. Pero regresé esa misma noche, más tarde. En los pasillos sólo se veía a los de la limpieza pasando la aspiradora por la moqueta de los salones, algún trasnocchador despistado...y a una chica rubia, con un par de copas de más en el cuerpo, que sentada en las escaleras, recorría con la mirada la pared que había frente a ella.

¿Por qué escribo hoy sobre este recuerdo? Porque esta mañana, en los puestos de libros de la cuesta de Moyanos (que están temporalmente en otro sitio) encontré a primera vista un libro de poemas de Kavafis, perdido entre una montaña de libros . Y estoy segura de que a pesar de ruido del tráfico y del olor a papel viejo del puesto, he olido el aroma del mar. y he escuchado unas voces seductoras. Sí, definitivamente este libro me ha escogido a mí.

Ítaca
Cuando emprendas el viaje hacia Ítaca
ruega que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de descubrimientos.
A Lestrígones, Cíclopes,
al colérico Poseidón - no temas:
nunca hallarás tales seres en tu camino,
nunca mientras elevados sean tus pensamientos,
mientras una extraña emoción
estimule tu alma y tu cuerpo.
A Lestrigones, Cíclopes
al fiero Poseidón, nunca encontrarás
a menos que en tu alma los lleves dentro,
a menos que tu alma los ponga ante tí.
Ruega que el camino sea largo.
Que sean muchas las mañanas de verano en que,
con gran placer y alegría,
entres en puertos desconocidos;
podrías detenerte en los mercados de Fenicia
y comprar hermosas cosas,
coral y nácar, ámbar y ébano,
toda clase de perfumes sensuales...
adquiere tantos como puedas;
podrías visitar muchas ciudades egipcias
y no dejar de aprender de sus sabios.


Que siempre Ítaca esté en tu pensamiento.
Llegar ahí es tu destino.
Pero nunca apresures el viaje.
Es preferible que dure años,
que seas viejo cuando alcances la isla,
rico con todo lo que habrás ganado en el camino,
sin esperar que sea Ítaca la que te haga rico.
Ítaca te dió un maravilloso viaje.
Sin ella, no habrías partido.
Pero ya no tiene más que darte.
Y si la encuentras pobre, no creas que Ítaca te ha engañado.
Sabio como te has hecho, tan pleno de experiencia,
habrás entendido lo que significan las Ítacas.




Mosaico romano de "Ulises y las sirenas", siglo III d.C
Museo del Bardo, Túnez

4 comentarios:

Luis Caboblanco dijo...

Hay una teoría, pelín mística, que sostiene que es el libro el que te escoge. Quizá si lo compras en el Vip´s no sea cierto pero donde tú dices, a mi me han escogido cientos...

Silvia dijo...

Pues va a ser cierta la teoría esa, porque me ha pasado en muchas ocasiones.
Y casi siempre, esos libros que 'me escogen' llegan en un momento de mi vida bastante especial.

Poledra dijo...

Pero bueno, vuelves en enero y no avisas!!!!!! Hija!!!!!

Vaya alegrón me acabas de dar. (ah, a mi tambien me encanta Kavafis)

Un abrazo anorme!

Silvia dijo...

Poledra, la verdad es que se me pasó. Me dió por escribir y leer otras bitácoras, antes de dar señales de vida. Un besazo!

Dianora, yo tengo a varias personas que las tengo que agradecer que me hayan descubierto ciertos libros, cuadros, lugares...La verdad es que he sido una persona afortunada en ese sentido.
A ver si el fin de semana acabo el artículo sobre Sintra que lo tengo a medio hacer.
Besos