martes, 7 de marzo de 2006

Juventud divino tesoro!!

“(Ella) - He visto una foto tuya del viaje de fin de curso. Estábais hechos unos ‘yogurines’
- (Yo) Oye, guapa, un respeto a las canas que no tengo, que soy cuatro años mayor que tú.
(Ella) – ¿Mayor que yo? Imposible, tú eres de mi quinta.
(Yo) - Que va…lo que pasa es que me conservo muy bien. ”


Esta conversación banal que mantuve esta tarde, junto con otras similares que he tenido últimamente, me han llevado a escribir este post.

¿Por qué todo el mundo me echa menos edad ahora cuando siempre ha sido al revés? ¿Estaré involucionando en vez de evolucionar y madurar?

En el instituto, siempre me trataba todo el mundo como si tuviera más edad. La primera vez que trabajé de guía apenas tenía los dieciocho años y hubo clientes que pensaron que llevaba años trabajando en eso. Incluso en la facultad, un amigo y yo nos hicimos pasar por profesores y nos tomamos unos vinitos a la salud de los ‘pardillos’ de primero que se lo creyeron (dinero para fotocopias, ya se sabe :-)). Supongo que el ser siempre “la peque” de la pandilla y que los hombres que han sido mis parejas siempre han sido mayores que yo, reforzaba esa impresión de que tenía más edad, algo que me halagaba.

El vivir algunas experiencias y a un ritmo demasiado vertiginoso, me hicieron perder el interés por aprender (con lo curiosa que he sido yo siempre) y la capacidad de sorprenderme. Y empecé a sentirme vieja con poco más de veinte años. Creía que ya estaba de vuelta de todo y que nada importaba. ¡Imbécil!

Pero me puedo considerar una persona afortunada y recapacité. Me libré de algunas personas que sólo eran un lastre y he ido recuperando ese interés por aprender. Me siento más joven ahora que hace diez años y estoy viviendo con treinta años algunas de las cosas que tenía que haber vivido con veinte, pero con la ventaja de la experiencia.

La verdad es que este entusiasmo que he recuperado, me encantaría contagiárselo a algunas personas a las que aprecio y que veo que han perdido esa chispa. No sé por dónde empezar a hacerlo, pero soy joven y tengo tiempo por delante para averiguarlo.

3 comentarios:

Magda Díaz Morales dijo...

Querida Eloryn, bien dice el inteligente refrán: "nos vemos como nos sentimos", y tu te ves (además de estar) joven ahora precisamente porque has recuperado ese entusiasmo que es tan necesario en la vida, sin esa "chispa" estamos como robots, con ella estamos así, con esa sonrisa que se te percibe. Es muy bonito este sentimiento.

Un abrazo grande

Turulato dijo...

Te estoy aplaudiendo demasiado. Me preocupa.
¿Por qué?. Porque es indudable que siento tu manera de ver la vida próxima a la mía, y tengo 57 años.
O estoy hecho un chavalote o tú necesitas con urgencia un ataque de locura.
Un beso

Silvia dijo...

A mí lo de los aplausos me sorprende un poco, pero para que negarlo, a todos nos gusta que nos den una palmadita en la espalda.
¿57 añitos? Si está usted en la flor de la vida y hecho un chavalote. Aproveche y dísfrutelo.
Un besazo