jueves, 2 de diciembre de 2004

El extranjero

"Hoy ha muerto mamá. O quizás ayer. No sé. Recibí un telegrama del asilo".
Así es como empieza El extranjero, una de las obras fundamentales del filósofo y escritor francés, Albert Camus.
No sé muy bien como llegó ese libro a mis manos. Tendría unos 14 años cuando lo leí por primera vez y me quedé impactada con esa frase. "Como puede ser tan insensible este Meursault, le importa un bledo la muerte de su madre, que egoísta" pensaba mientras leía el primer capítulo. Pero según avanzaba en la lectura, mi concepción de Meursault iba cambiando y el rechazo inicial que sentí por el personaje se tornó en una mezcla de simpatía y compasión. Quizás nunca sintió el afecto de esa madre y había asumido esa pérdida mucho tiempo atrás, poniendo barreras para no sentir dolor, subordinando los sentimientos a la razón.
A veces, me he sentido como Meursault, una extranjera en mi propia vida, más espectadora que parte activa, alejándome de todo y todos. Sé que si dejo que persista esa sensación, cada vez costará más derribar esas barreras autoimpuestas y que en el camino, puedo hacer daño a las personas que me quieren...
Si Meursault hubiera tenido personas así, que le hicieran sentirse como en casa...


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