miércoles, 24 de noviembre de 2004

Un paseo

Esta tarde tenía cita con el endocrino (otro kilo menos y parece que la medicación va funcionando) y como eran buenas noticias y tenía tiempo, pues de compras que me he ido y a disfrutar de un paseo por Madrid, a pesar del frío.
Me fui caminando desde Atocha hasta Goya, en pleno barrio de Salamanca y como no me dió tiempo a comer, pues decidí tomar algo en la Paninoteca D'E. Esta bocadillería es una propuesta del chef Juan Pablo Felipe, alma máter del restaurante El Chaflán y premio nacional de gastronomía 2001. La verdad es que la carta era muy sugerente, sobre todos los bocadillos gourmet (el de anguila ahumuda tiene que estar de muerte) y yo no me he resistido a la tentación y tomé uno de salmón con mascarpone y rúcula. El que se espere unos bocadillos enormes, será mejor que no vaya, pero si quieres comer algo buenísimo, es tu local.
Después de comer, otro paseíto para hacer las primeras compras navideñas (que casi ya tengo todas hechas) y a ver la "fauna" madrileña. Señoras elegantes acompañadas por sus chachas sudamericanas (parece tópico pero he visto al menos 6), niños con los ojos como platos cuando pasaban frente al escaparate de los juguetes, parejas jóvenes de enamorados, algún turista despistado, vendedores de castañas y alguno de lotería de navidad...
Bajé hasta la Castellana, pasando por la plaza de Colón y su gran bandera (que me parece un poco hortera) y ahí ya me planté y cogí el autobus. Y es que los tacones pasaron factura por la caminata.
Mientras regresaba a casa en el autobús, pensaba en mi relación con Madrid. Siempre ha sido una relación de amor-odio, pero cuánto más mayor me voy haciendo, aumenta más el amor. Y es que tiene rincones encantadores, personajes de lo más variopinto (además, yo tengo un imán para los locos) y un ritmo que le falta a otras ciudades que conozco (quizás vayamos demasiado acelerados) y al que ya estoy demasiado acostumbrada.


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