domingo, 7 de noviembre de 2004

Sicilia

Ha costado, pero por fin, el post sobre este maravilloso destino.
He de decir que sólo conozco Messina y Taormina, pero si todo es igual de bonito, merecerá la pena escaparse un añito por allí.
Bien, llegamos por la mañana prontito (que malo es eso de madrugar y trasnochar...) y decidimos hacer la excursión por nuestra cuenta. Contratamos un taxi en el puerto que nos llevara a Taormina. La verdad es que el hombre nos iba explicando por el camino cosillas e incluso redujo la velocicidad un par de veces para que pudiéramos hacer fotos.
Y por fin, nuestro destino, la bellísima Taormina. Su fundación data del siglo IV a. C. y tiene una maravilla de teatro griego del siglo III a.C.
El taxista nos dejó junto al Palazzo Corvaja (dónde se puede recoger un mapita para guiarse por la ciudad) y antes de dirigirnos al Teatro griego, decidimos dar una vuelta por el resto del pueblo (coincidimos al llegar con los autocares de la excursión oficial y había bastante cola).
Así que emprendimos camino por la Via Corso Umberto I, con sus tiendas y sus balcones cargados de flores hasta llegar a la Piazza 9 de Aprile. Según llegas, a la derecha, queda la Iglesia de San José (s. XVII) y a la izquierda, se abre un mirador desde el que se tienen unas bellísimas vistas de la bahía, con el pueblo turístico de Giardini Naxos. Si hay suerte y el cielo está despejado, se puede ver el Monte Etna. Seguimos dando un paseo hasta llegar al Duomo (dedicado a San Nicolás de Bari) y regresamos para ver el Teatro griego.
La verdad es que me hice pasar por menor de 25 de años (juro que yo no suelo hacer estas cosas) y no sé como coló, pues me empecé a reir. En fin, que entramos al teatro y subimos hasta las gradas superiores, desde dónde contemplamos el Etna y la impresionante vista de la bahía.
Nos hizo un día caluroso (el taxista nos dijo que había llovido el día anterior) y yo tardé poco en bajar a comerme un helado (que buenos están los helados italianos)
Después el taxista (creo que se llamaba Carmelo, pero tengo un jaleo de nombres horrible), nos llevó de regreso a Messina, parándonos primero en un mirador desde el que vimos todo el estrecho de Messina y posteriormente, una capilla al soldado desconocido. El vigilante de la capilla, un hombre muy simpático, la abrió para nosotras y estuvo explicandónos. Lo que más me llamó la atención es que en alguno de los mármoles, se veían marcas de fósiles.
Regreso a Messina y parada en la plaza del Duomo. Además de la catedral, destaca una fuente, la de Orión, de Montorsoli (discípulo de Michelangelo).
El Duomo de Messina es una mezcla de estilos. En un principio, fue una obra románica, de la que poco queda. La parte inferior de la fachada es de estilo gótico tardío y el campanario (que es alucinante), es de 1908 (en ese año hubo un terremoto brutal que destruyo prácticamente toda la ciudad). Lo que más me gusta, es el calendario perpetúo que tiene, el astronómico y las figuras (lástima que no estuviéramos al mediodía para verlo funcionar).
Nos volvimos pronto al barco, a comer, no sin antes pasar por la Iglesia de los Catalanes (sólo la vimos por fuera).
En el barco fue un cachondeo, incluso decíamos de cobrar entradas a las mesas de alrededor porque se les empezaba a contagiar la risa. Hubo momentos en los que no podía parar de llorar por la risa y la verdad es que los camareros tuvieron bastante paciencia con nosotras.
Por la tarde, y a pesar del cansancio, clases de chachacha y salsa, duchita calentita y a cenar.
El espectáculo de malabarismos no me hizo mucha gracia, pero con la elección del Miss Voyager, estallé en carcajadas. No se elegía a la más guapa, sino a la más simpática. Había una señora de Jaén que era un punto y no dejaba hablar a Bruno (y mira que era complicado), el director de crucero. Si no recuerdo mal, las pruebas fueron imitar a un gallo (Bruno lo hacía todas las mañanas), un striptease y hacer un sketch en el que el marido (interpretado por Bruno), las pillaba con el amante. La gracia fueron los amantes...que cogieron a tres señores del público y uno incluso se quedó en calzoncillos.
Después de las risas, más discoteca y unas pocas horas de sueño...
Aquí van algunas fotos de Sicilia

Esta es una vista del etna desde el teatro griego:

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Y esta es una vista de la Piazza 9 Aprile y de la Porta di Mezzo desde la Via Corso Umberto (me gustaba en color sepia)

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Ahora una vista de parte de la bahía de Taormina

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